Durante mis dos jornadas de prácticas pude observar, analizar y aplicar mis conocimientos sobre la enseñanza del inglés en la escuela telesecundaria. Cada grupo es distinto, así que considero lo que aprendí puede ser utilizado de distintas maneras más adelante y adaptado de acuerdo a las necesidades de los individuos.
En la primera jornada, el grupo mostró una actitud negativa por aprender inglés, las situaciones por las cuales se originó esta apatía fueron comentadas por los alumnos: la falta de motivación y gusto por parte del docente, las actividades extras eran nulas así que lo primordial era responder el libro Apuntes II y entregar al docente, no se implementaba material didáctico o estrategias dinámicas para captar la atención y mantener el interés del joven, además la asignatura es percibida como compleja por que no se entiende ni es aprendida, por lo tanto no se lleva a la práctica, y con esto se añade la sensación de inutilidad.
Mi planificación ya estaba hecha, así que modifiqué y fui adaptando esta a lo largo de la primera semana de acuerdo a lo que veía en los jóvenes, lo primero que noté fue que para realizar las actividades se llevan mucho tiempo o más de lo que yo esperaba, no tienen mucho vocabulario ni conocimiento de la gramática y pronunciación, por lo tanto recurrían frecuentemente al diccionario y solían traducir casi todo. Al final de los 50 minutos, habíamos resuelto dos actividades aproximadamente y con estas no abarcaba el tema en su totalidad.
El problema principal fue la falta de conocimiento o conocimiento inerte sobre los pronombres y la estructura y significado de los verbos auxiliares be y do, que eran base para la enseñanza de la ubicación de objetos, así que fue esencial regresar a esos temas.
La estructura del libro es repetitiva y a eso están acostumbrados, la consideran aburrida, por lo tanto no fue bueno resolver estas actividades ya que no cambió mucho su rutina.
En la segunda jornada de práctica, el panorama dio un giro en mi planificación, estaba consciente de las dificultades y programé nuevas formas de abordar la asignatura. En primer lugar, las actividades eran cortas y con dos o tres de estas abarcaba todo el contenido, los alumnos no tenían que traducir todo porque leían e inferían el contenido en conjunto. Fue benéfico que el tema fuera el pasado simple y el verbo modal could, por que no tenía que partir de otro conocimiento, también utilicé solo una actividad del libro o aspectos estratégicos como los verbos, preguntas o diálogos, así la actividad clave era alguna dinámica, juego o actividad diferente a las del libro. Por ejemplo, realizaron una lista de verbos regulares e irregulares, en pasado, infinitivo y significado, en un papel bond para tener en su salón, jugaron con un memorama, una lotería de verbos en pasado y presente, vale todo, la papa caliente, ordenar oraciones y pedir citas para hacerse preguntas.
El aspecto de la pronunciación es algo a lo que no están acostumbrados, fueron de gran ayuda los diálogos, aunque a principio les daba vergüenza y se sintieran extraños, lo hacían.
Mi última jornada de práctica fue enriquecedora y con algunos retos extra pero fue satisfactorio para mi ayudar a los alumnos a que descubran el inglés es una puerta más, no es difícil ni imposible aprenderlo y que con gusto y paciencia pueden lograrlo.
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